Un pequeño paso para el hombre…

Un título con doble propósito: una minideclaración de intenciones con la esperanza de retomar este blog :) y, al mismo tiempo, vale también como antesala del motivo de la entrada propiamente dicha.

Astronauta LEGO bandera

¿Cuántas veces no hemos emprendido alguna acción después de pensar/decir aquello de «Qué mal están las cosas. Hay que hacer algo para cambiarlas.»? Después del empujón y la iniciativa iniciales, solemos ir perdiendo fuelle ante la imposibilidad de conseguir resultados a corto plazo si nuestra motivación no tiene suficientes caballos de potencia para tirar de nosotros cuando la dichosa procrastinación nos azota.

Tras miles de negativas, llega un momento en que después de llegar al estado apático modo: «Total, ¿pa’ qué?», la inercia de seguir adelante o la resistencia al cambio nos llevan a coger carrerilla en medio de toda esa desazón y se produce el milagro.

Decides sacar unos pocos minutos de tu tiempo para contestar a esa oferta de Proz que «sabes» que no te van a dar y a las pocas horas te envían una prueba. O te pasas la tarde del viernes rellenando un formulario de una agencia que «sabes» que no servirá para nada y el lunes te envían una traducción. O te atreves a pedirle al equipo de programadores que desarrollen una nueva funcionalidad a sabiendas de que «no lo van a hacer» y al poco tiempo la han implementado.

Estas pequeñas victorias de cada día son las que te hacen darte cuenta del valor tan importante que tiene cada negativa, cada caída, cada fracaso. Por minúsculo que sea el avance, habrán valido la pena todos los percances anteriores cuando, por una vez, tu esfuerzo se ve recompensado o valorado de alguna forma.

Cuesta mucho mantenerse siempre optimisma e ilusionado. Hay que tener mucha fuerza de voluntad y resistencia para no dejarse vencer fácilmente por las vicisitudes del día a día. Quizás por eso está tan de moda todo lo que tenga que ver con la motivación y con mantener una actitud positiva. A pesar de que a algunos todas estas modas les parecen una tontería, creo que tienen efectos más positivos que negativos.

El secreto

Unas dos veces al año, me «cargo» las pilas viendo una ponencia de Emilio Duró titulada «Optimismo e ilusión». Es bastante larga y él mismo confiesa que siempre cuenta lo mismo (al ver otras intervenciones suyas uno se da cuenta rápidamente de ello), pero la pasión que transmite, la forma que tiene de decir las cosas y lo mucho que se ríe de sí mismo no dejan indiferente a nadie.

Este año todavía no me ha hecho falta verlo.  Es mi receta para sacar fuerzas en esos momentos en los que uno está a punto de tirar la toalla y dado su alto poder reconstituyente, no quiero que sus propiedades pierdan efecto abusando demasiado de la dosis. Intento aprovechar esas pequeñas victorias de las que hablaba antes (cada ejemplo está basado en un hecho real :) y sacarles el máximo rendimiento en cuanto a motivación se refiere.

Y vosotros, ¿tenéis algún «secreto» para manteneros al pie del cañón? ¿Habéis conseguido alguna pequeña victoria recientemente?

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Traductora de la orden Jedi. No podría vivir sin tecnología. Me encantan los retos y superarme día tras día. Doctora en ciernes. Trabajo en la cuna de los videojuegos. Elizabeth Sánchez León

Comentarios

3 respuestas a «Un pequeño paso para el hombre…»

  1. Elisabeth, me ha encantado esta entrada. Comparto contigo tus pensamientos y opiniones. La actitud general recuerda al tema de la lotería: «A ver si me toca la lotería»… ¡Pues compra! Si no compras no te va a tocar. Si no estamos delante de las cosas cuando pasan no las veremos. Hay que abrir los ojos porque hay MUCHAS oportunidades que dejamos pasar tanto en la vida personal como en la profesional cuando esperamos solamente a que nos toque la lotería. Un abrazo.

    1. @ElenaTragora Muchas gracias por tu comentario, Elena. Es muy cierto eso de que hay que moverse para poder estar en el momento y lugar adecuados. Al fin y al cabo, el movimiento se demuestra andando.

  2. Esa charla me ayudó en diciembre a animarme a buscar pareja. Si otros pueden, ¿por qué yo no? He pasado la primera mitad del año preparándome físicamente para este momento, con excelentes resultados, y en junio (¡ya!) empezaré la búsqueda. A ver qué saco.

    ¡Un crack, Emilio Duró!

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